Proyecto realizado en 1977 de la propuesta del escultor Federico Silva, de realizar una obra interdisciplinaria que imprimiera impulso a la escultura que se encontraba rezagada en el país. La idea original, incluía la posibilidad de conjugar ecología y arte, por lo cual se selecciono a seis artistas universitarios: Federico Silva, Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Hersúa, Sebastián Y Mathias Goeritz.
El modelo rector se concentro en representar estéticamente hablando de la imagen cósmica del mundo prehispánico representada por un círculo, cuyo perímetro se concentró en un redondel de 120 metros de diámetro, compuesto por 64 contrafuertes gigantescos. El área de la circunferencia quedó constituido por el inmóvil mar de lava en su estado natural, y alrededor del circulo, simbólicamente mágico, se determinó agregar un jardín formado por la flora del paraje. El centro del espacio escultórico fue inaugurado el 23 de Abril de 1979.
La placa situada a un costado del centro de la corona tiene grabada la siguiente reflexión de José Vasconcelos: Al crear el hombre el jardín, de hecho se separa lo bello de lo inútil; en el tránsito del grano a la rosa hay el mismo salto que de la marcha a la danza y de la representación imaginada al dibujo que la plasma
Entre las obras que embellecen el área, se encuentran las serpientes del pedregal y ocho conejo de Federico Silva, Ave dos, de Hersúa; Coatl, de Helen Escobedo; Colotl, de Sebastián; Corona del Pedregal, de Mathias Goeritz y Variante de la llave de Kepler, de Manuel Felguerez.
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